Reconstrucción de los hechos que desembocaron en la muerte de 176 personas a bordo del avión ucraniano derribado en Irán.
El derribo del Vuelo PS752 en Irán ha estado rodeado de misterios y dudas, pero ya existe suficiente información para reconstruir los hechos segundo a segundo. El resultado es la confirmación de un “derribo accidental por error humano”, pero con algunas correcciones respecto de la versión oficial de la República Islámica.
El avión de Ukraine International Airlines se estrelló la mañana del 8 de enero, apenas unos minutos después de despegar del Aeropuerto Internacional de Teherán. Aunque inicialmente todos hablaban de un accidente, poco después los gobiernos occidentales denunciaron que el avión había sido destruido por misiles iraníes y, tres días más tarde, finalmente el gobierno iraní admitió un “derribo por error”.
Es importante el contexto. Alrededor de las dos de la madrugada de ese mismo día (hora local), Irán había lanzado un ataque con 22 misiles balísticos contra dos bases de Estados Unidos en Irak, desatando la preocupación en todo el mundo, que esperaba la posible respuesta estadounidense. En ninguna parte era mayor el temor a esta respuesta que en el propio Irán, donde las fuerzas armadas estaban en máxima alerta (Nivel 3).
Pese a que hubo prohibiciones a los vuelos civiles, tanto dentro de Irán como en la región circundante, las “presiones” de sectores no identificados lograron que varios vuelos programados para las horas posteriores al ataque iraní despegaran y aterrizaran en el aeropuerto de Teherán, ubicado lejos de la zona de mayor peligro.
Ya nueve aviones comerciales habían partido ese día cuando el Vuelo PS752 comenzó a carretear por la pista para salir hacia Kiev, la capital de Ucrania. El avión, un Boeing 737-800, iba equipado con la tecnología llamada Automatic Dependent Surveillance–Broadcast (ADS–B), que, como indica su nombre (Vigilancia Dependiente Automática– Transmisión), automáticamente transmite la ubicación de la nave en todo momento. Así sabemos que despegó exactamente a las 2:42 UTC, que corresponde a las 6:12, hora local.
Volaba en dirección oeste noroeste (que es la orientación de la pista), mientras ascendía y aceleraba. A las 6:14:24 alcanzaba la velocidad crucero de unos 500 km/h y llegaba a los 6.000 pies (unos 1.800 metros de altura). En ese momento corrigió levemente el rumbo hacia el norte, dirigiéndose en línea recta a una base secreta del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI). Es “secreta” porque no se ha reconocido oficialmente su propósito, pero la inteligencia occidental estima que Bidganeh (o Bid Kaneh) es una de las principales bases del programa de misiles de Irán. Su espacio aéreo está siempre cerrado a los vuelos comerciales. La nave ucraniana pasaría extremadamente de seguir el nuevo rumbo.
La declaración oficial del CGRI al admitir su responsabilidad dice que el avión se dirigía hacia una de sus instalaciones “delicadas” cuando completaba un giro. “El avión se desvió del rumbo general del PS752 por cerca de 2 km”, decía la declaración. Eso no es totalmente cierto, ya que era básicamente su ruta habitual, como demuestra un análisis histórico hecho por Flightradar24, un sitio especializado en seguimiento de vuelos. Claro que podría haber girado unos pocos grados a la derecha o a la izquierda y nada hubiera pasado. Al elegir exactamente esa dirección y ser el único vuelo de esa noche que lo hizo así, su destino quedó sellado.

DECISIÓN BAJO PRESIÓN
La base de Bidganeh, por su importancia en el programa de misiles, hubiera sido un blanco previsible y prioritario de Estados Unidos esa madrugada, por lo que contaba con fuerte defensa antiaérea. Un sistema móvil Tor-M1, armado con misiles de lanzamiento vertical, debe haber estado en alerta al sur de la base y mirando hacia el aeropuerto de Teherán. Oficialmente no se ha explicitado el armamento utilizado, pero se deduce de los restos de un misil superficie-aire 9M331 hallados en la zona, modelo usado en ese tipo de sistema antiaéreo.
Un interesante análisis tridimensional de ese punto de defensa, publicado en Medium por el usuario ckfinite, establece claramente que el aeropuerto queda oculto por colinas. Por lo tanto, el personal de ese puesto antiaéreo no vería al avión despegando y solo lo vería “aparecer” de pronto. Según sus cálculos, esto habría ocurrido aproximadamente en el mismo momento en que el avión variaba su rumbo y se dirigía hacia la base. Eran las 6:14:24, que en su análisis denomina T+0.

No es difícil imaginar ese momento. Un grupo de soldados llevaba horas esperando un posible ataque de misiles crucero, ansiosos y nerviosos. De hecho, en al menos dos oportunidades se les avisó que redoblaran la vigilancia porque Estados Unidos acababa de disparar esos misiles y llegarían en pocos minutos (el CGRI admite esto, sin aclarar el motivo de las falsas alarmas). En ese ambiente de tensión, de pronto detectan un objeto a unos 19 kilómetros, 1.900 metros de altura y que se mueve a más de 500 km/h, con su trayectoria ya modificada hacia un objetivo protegido. El tiempo de reacción para los militares es mínimo, aumentando la tensión del momento.
La información del ADS-B se interrumpió exactamente a las 6:14:58, es decir, 34 segundos después de T+0 (es decir, T+34). En ese momento, el Boeing volaba a 2.400 metros con velocidad constante. El video de una cámara de vigilancia instalada en la azotea de un edificio a 6 kilómetros de la supuesta ubicación de la base de Bidganeh, que fue subido a YouTube por una cuenta iraní el día martes 14 de enero, muestra lo que parece ser el disparo de un misil que 18 segundos más tarde explota en el cielo nocturno. Si aceptamos que el video muestra el lanzamiento de un misil del Tor hacia el Vuelo PS752, entonces se deduce que los soldados tuvieron apenas 16 segundos (34-18) para identificar el blanco y pedir autorización para disparar.
La declaración oficial dice sobre ese momento decisivo que la altitud y dirección del objeto era “como el de un blanco enemigo”, específicamente un misil crucero que se encontraría a 19 kilómetros, ante lo cual el operador del sistema Tor actuó independientemente “debido a una falla en el sistema de comunicaciones” (es decir, no esperó a recibir autorización para disparar). Ante la presión del momento, “tomó la decisión equivocada” y lanzó un misil antiaéreo.
También es posible imaginar esos eternos 18 segundos mientras esperaban a ver el resultado de su disparo. Y la sorpresa cuando, tras la explosión, el “blanco” siguió moviéndose en la misma dirección y con la misma velocidad. Esto se deduce de otro video, que se viralizó al día siguiente del derribo desde la cuenta de un activista contrario al gobierno iraní llamado Nariman Gharib que muestra supuestamente un avión recibiendo el impacto de un misil. Por lo tanto, esta secuencia mostraría que el avión continuó su curso tras el primer impacto (aunque ya no transmitía datos) y recibió un segundo disparo.
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Esto no lo dice la versión oficial, que habla de un solo golpe que habría causado la caída del avión. Sin embargo, el primer video mencionado confirma que se hicieron dos disparos, por lo que hace calzar todo (menos la última versión del gobierno iraní, claro). Según esta grabación, después del primer impacto pasaron 12 segundos y el mismo lanzador disparó nuevamente. Esta vez, el misil solo demoró 11 segundos en llegar al blanco.
Es decir, en la segunda ocasión el comandante de ese puesto antiaéreo de la División Aeroespacial del CGRI tuvo apenas 12 segundos para decidir si volvía a disparar y nuevamente optó por el ataque. Pero esta vez tuvo éxito: el avión inició un fuerte giro hacia su derecha (posiblemente en un intento desesperado de volver al aeropuerto… o ya fuera de control), se convirtió en una bola de fuego y comenzó a caer. Terminaría estrellándose sobre un parque de juegos infantiles, apenas a 15 km al noroeste del aeropuerto y cerca de tres minutos después del segundo impacto de misil. Nadie murió en tierra, pero no se salvó ninguna de las 176 personas a bordo.
Desapareció del radar de control aéreo a las 6:18, según el informe preliminar de la Organización de Aviación Civil de Irán. Solo alcanzó a estar seis minutos en el aire.
PREGUNTAS ABIERTAS
Esta historia está reconstruida con datos oficiales y los que se pueden deducir de dos videos que han circulado ampliamente. Lo que no está confirmado es que se usara un sistema de misiles antiaéreo Tor, pero se corresponde con los tiempos y la información entregada por los propios Guardianes de la Revolución Islámica, que simplemente no entregaron detalles y omitieron hablar del segundo misil.
La narrativa responde a muchas de las preguntas que han surgido. Por ejemplo, ¿por qué fue el único avión atacado esa noche, a pesar de que una veintena de ellos llegó a o salió de ese aeropuerto específico? Porque fue el único que tomó esa dirección; todos los demás que despegaron durante el período de alerta extrema viraron al este o al oeste cuando pudieron.
Aun así, quedan preguntas sin respuestas, que deberían salir de la investigación oficial de expertos iraníes en conjunto con pares de otros países afectados, especialmente Canadá y Ucrania. El gobierno iraní y el CGRI se han comprometido a la total transparencia, incluso a entregar detalles de la declaración del equipo que hizo los disparos (los implicados fueron puestos “en cuarentena” tras el incidente, para que no se pongan de acuerdo en una versión).
Por ejemplo, hay que aclarar por qué el silencio de radio y de datos del ADS-B. El primer impacto es solo una explicación parcial, que al menos sirve en el caso de los datos automáticos. Pero las comunicaciones radiales y otros datos de telemetría usan canales distintos. ¿Cómo es posible que todos fallaran al mismo tiempo, aunque el avión siguió volando sin cambios? Una falla catastrófica de las comunicaciones es más consistente con lo que ocurrió después del segundo impacto, pero entonces ¿por qué hubo total silencio entre ambos impactos?
Los misiles antiaéreos operan por cercanía. Debido a la improbabilidad de que dos misiles (uno atacante y otro defensor) choquen de frente en el aire, el antiaéreo dispone de un sensor de proximidad que lo hace estallar y lanzar metralla, para así destruir al blanco por la onda de choque o los trozos de metal. Los restos del avión demuestran que una de estas explosiones ocurrió bajo la cabina de mando. Se supone que fue la primera, porque eso hubiera inhabilitado la antena del ADS-B. Seguramente destruyó otros sistemas de control e incluso pudo matar a algún tripulante, pero es improbable que detuviera todas las comunicaciones al mismo tiempo. Al margen, hay que notar un posible error de la Organización de Aviación Civil de Irán, que estuvo tres días negando la posibilidad de un misil porque “hubiera derribado al avión inmediatamente”, pero eso solo pasa en las películas y ni siquiera dos misiles lo lograron, ya que solo lo dañaron tan seriamente que cayó más tarde en la huida y se destruyó totalmente solo al estrellarse. Este error también demuestra la incomunicación entre los sectores civil y militar, que no es exclusiva de Irán.
Otra gran duda es cómo es posible que se identificara al gigantesco Boeing como un pequeño misil crucero. Se dice que esa noche, ante el temor a una guerra total, las defensas antiaéreas de Irán fueron reforzadas con personal y equipos adicionales, pero cualquier tripulación adecuada para operar el sistema Tor debería ser capaz de distinguir un avión comercial de un misil en el radar primario. Además, tras el giro, el avión parecía venir de otro punto (no del aeropuerto), con la velocidad de un misil y una altura similar, pero estaba claramente ascendiendo y no nivelado o bajando, como hubiera sido el comportamiento de un misil crucero. Entre el momento de la detección y del primer impacto, el “objeto” ya había ascendido 500 metros y eso debía bastar para reconocer que se trataba de un avión en fase de despegue.
También es necesario saber por qué el comandante de la unidad no pudo comunicarse con sus superiores para pedir la obligatoria confirmación antes del disparo. O por qué se permitieron vuelos civiles esa noche, específicamente cerca de una base militar en Alerta Nivel 3 (los Guardianes aseguran que pidieron repetidamente que se suspendieran).
Otras dudas se refieren al contexto del incidente, como las curiosas circunstancias en que se grabaron los videos del ataque y se difundieron por todo el mundo.
El día martes 14 de enero, luego de que el CGRI entregara su reporte preliminar, el presidente iraní Hasán Rohaní prometió que su gobierno rendiría cuenta ante sus ciudadanos y las otras naciones que sufrieron pérdidas humanas por lo que calificó “un error imperdonable”.
El trágico evento vino a ser la demostración más gráfica de que no existe conflicto armado bajo control. Por eso, cabe preguntarse también: ¿Fueron estos los últimos civiles muertos en el enfrentamiento entre Estados Unidos e Irán? ¿O solamente fueron los primeros de una escalada que llevará a otra cruenta guerra en Cercano Oriente?