Siria: Horas Decisivas en Guta Oriental

Guta Oriental se ha visto en el centro de las noticias de occidente, principalmente por el costo de vidas civiles de la última ofensiva del gobierno sirio contra rebeldes e islamistas, pero también porque son el gobierno y sus aliados los que están con las principales opciones de vencer en la región.

En  las informaciones occidentales se omiten detalles de quienes son los “rebeldes”, por una simplificación de las noticias, pero también para evitar informar que muchos rebeldes no son aquellos románticos combatientes por la libertad y contra un gobierno tirano que se promovió durante tantos años. Lejos de aquello, son facciones que no difieren mayormente en sus prácticas, tácticas y expectativas con aquellas de Estado Islámico y Al Qaeda.
Como en todo el país, las distintas agrupaciones han estado combatiendo entre ellas desde el comienzo. En Guta Oriental existen en la actualidad cuatro grupos islamistas. Dos de estos grupos son “viejos conocidos” de la provincia de Idlib, Ahrar al-Sham (AaS, Movimiento de los Hombres Libres del Levante) y Hayat Tahrir al-Sham (HTS, Organización para la Liberación del Levante, transformación del Frente Al Nusra, antiguamente Al Qaeda en Siria), sobre los cuales hemos escrito en el artículo El Final del Camino para el Grupo que no es Al Qaeda en Siria. En cualquier caso, ninguno de estos dos grupos representa a la mayor fuerza islamista en Guta Oriental. Esa designación va para los otros dos: Jaysh al-Islam (JaI, Ejército del Islam), que es una agrupación local de la zona y fuerte en el norte, especialmente en Duma; y Faylaq al-Rahman (FaR, Legión de Rahman), afiliado al Ejército Sirio Libre y con dominio en Jobar, al sur de Guta Oriental.
Jaysh al-Islam es un grupo muy similar a Al Qaeda o ISIS, pues surgió en torno a un líder religioso con contactos importantes en Arabia Saudita y desde el principio tuvo un flujo de financiamiento y acceso a armas, incluso llegando a contar con un grupo de tanques. Su fortaleza radica tanto en su convicción religiosa como en su presencia local por décadas. Este factor conlleva una connotación importantísima de cara a la resistencia armada que propone y propondrá JaI, pues pelean en defensa de sus tierras y sus familias, además de no tener dónde “evacuar”, salvo algún enclave que se designe para ellos, quizás en Daraa al sur de Siria donde también han tenido una presencia importante.
Faylaq al-Rahman surgió a partir de la deserción en 2012 de una unidad del ejército Sirio en Homs, al norte de Damasco, que llegó a combatir en Guta Oriental luego de formar el Comando Militar Unificado junto a Jaysh al-Islam y Ahrar al-Sham, aunque a diferencia de estas agrupaciones no buscaba establecer un estado islamista, sino solo derrocar a Assad, lo que terminó por generar las divisiones que se mantienen hasta hoy. Desde un principio FaR se presentó con armamento potente, bases en la zona y apoyo local. Al venir del ejército, FaR cuenta con combatientes muy bien preparados y al afiliarse al Ejército Sirio Libre consiguieron, además, todo el apoyo de Turquía e importante armamento, como una serie de misiles anti-tanque TOW, aunque no es claro si aún les quedan unidades. Aprovechando su conocimiento y preparación, FaR a invertido en preparar una buena defensa, lo que se tradujo en túneles y trincheras que abarcan zonas como Jobar, Ein Terma y Harasta. Gracias al equipamiento militar, conocimientos tácticos e internos del ejército sirio, competencias formales para el combate y francotiradores eficientes, han logrado mantener a raya al ejército sirio durante años, con pocas pérdidas propias respecto al enorme número de bajas y pérdidas causadas.
Mapa de Guta Oriental con el avance de las fuerzas del gobierno desde febrero

Acuerdos y Últimos Movimientos

Un interesante desarrollo reciente en Guta Oriental se reveló cuando Jaysh al-Islam informó oficialmente que había llegado a un acuerdo con representantes de la ONU para entregar a sus prisioneros de HTS, quienes aparentemente serán evacuados a Idlib. Casi al mismo tiempo, se supo que un grupo de 13 islamistas estaba a punto de partir en un bus desde Al Wafidín, el punto donde termina el corredor humanitario dispuesto por Rusia y Siria. Poco se dijo en las primeras horas sobre cualquiera de estos hechos, pero las versiones oficialistas aseguran que los 13 militantes pertenecen a una facción que se entregó voluntariamente. Según RT, habrían negociado con el Centro Ruso para la Reconciliación, lo que demostraría el interés de algunos combatientes por separarse de HTS.
Aunque esta versión podría ser simple propaganda, también es cierto que ambas informaciones podrían referirse a situaciones distintas que coincidieron en el tiempo, como informaron fuentes rusas.
Esta posibilidad se debe a que Jaysh al-Islam parece hablar de un acuerdo que se implementará próximamente, pero la partida de los 13 militantes parece preparada con alguna antelación. Además, Jaysh al-Islam describe un proceso distinto, donde la negociación se llevó con el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (CSNU) y como continuación de contactos que se remontarían al año pasado. Los prisioneros de HTS que serán liberados (docenas, sin especificar números) corresponden a los detenidos en choques entre ambos grupos en marzo-mayo del año pasado.
La declaración oficial es interesante, en cuanto reconoce contactos entre Jaysh al-Islam y el CSNU, lo que significa relación con uno de sus países miembro (es decir, Estados Unidos o el Reino Unido). No es tan raro, pues es conocida su apertura al diálogo con Occidente. Jaysh al-Islam se ha negado a formar parte del Ejército Sirio Libre, que agrupa a gran parte de la oposición armada y está bajo influencia de Turquía, aunque participó en las negociaciones de Astaná. Sus enemigos dentro de la oposición apodan al grupo “Jaysh al Dólar” o “Jay$h al I$lam”, lo que en realidad tiene más que ver con esta apertura al diálogo que con el financiamiento que, recordemos, le llega de Arabia Saudita.
En lo que coinciden tanto Rusia como los opositores es en estimar que la maniobra de Jaysh al-Islam demuestra el interés de este grupo (y de otros, además de los civiles de Guta) por deshacerse de los militantes de HTS. Más allá de la “normal” animadversión entre las organizaciones, la tensión ha aumentado durante los últimos meses debido a que se considera a HTS como causante de la actual ofensiva gubernamental. Guta Oriental debía ser una “zona de desescalada”, según los acuerdos de Astaná, pero HTS –una facción minoritaria en la zona– se opuso terminantemente y saboteó todos los intentos de alcanzar un alto el fuego durante los últimos meses. Y ahora, cuando el CSNU aprobó una resolución de alto al fuego en Siria, Rusia consiguió que incluyera la posibilidad de mantener los ataques contra los “terroristas reconocidos”, como Estado Islámico y Al Nusra. Como HTS es presentado como otro nombre del Frente Al Nusra y está presente en Guta, eso le basta a las fuerzas oficialistas para mantener la presión militar.
Con la misma lógica, Jaysh al-Islam y los civiles de Guta creen que, si HTS desaparece de la zona, podrán exigir que se detenga la operación militar. En vista de los rápidos avances y el éxito alcanzado por Siria y sus aliados, tal esperanza debe considerarse un más un sueño.
Para el 10 de marzo de 2018, dos líneas de avance –desde el este y el oeste del enclave– están apenas a 1 kilómetro de unirse en Harasta, lo que significaría cortar a Guta Oriental en dos partes. La importancia de este logro es que aislaría a los dos grandes combatientes: Jaysh al Islam quedaría en la zona norte, con Duma como su centro de poder, y Faylaq al Rahman  en el sur, centrado en Jobar. Luego de la probable captura de otros sectores menos urbanizados, es probable que queden al menos tres bolsones de dura resistencia en las ciudades principales, donde la ofensiva debería volverse mucho más lenta y sangrienta.
Hemos identificado a cuatro grupos de rebeldes e islamistas con poder de resistencia real o nominal en Guta Oriental, pero existe un sinnúmero de agrupaciones menores que también pueden influenciar la duración de la resistencia contra las fuerzas pro-gobierno. Uno de los que podría aparecer en las noticias es Jaysh al-Ummah (Ejército de la Ummah), prácticamente eliminado por Jaysh al-Islam hace años, pero que podría resurgir luego de que este último liberara hace pocos días a su comandante militar, en un intento de sumarlos a la lucha contra el gobierno. Claro que, después de su aplastante derrota a manos de Jaysh al Islam, gran parte de los combatientes de Jaysh al-Ummah desertó a las filas del ejército oficialista, así que reactivar al grupo es una maniobra arriesgada, lo que demuestra la desesperación que reina entre los defensores de Guta.
En resumen, en un par de semanas Guta Oriental debería estar reducido a varios bolsones de resistencia, aunque solo tres importantes y probablemente dos si Harasta es arrasada por tanques y artillería. Duma y Jobar deberían elegir uno de dos caminos: ofrecer una resistencia terrible o rendirse rápidamente. A esas alturas, el final será dictado más por motivos políticos que militares, aunque dicho final tiene un solo titular: victoria de Assad.
Eso explica el frenesí de la ONU, la Cruz Roja, montones de ONG, médicos y casi cualquiera que tenga acceso a los medios masivos. No es ayuda humanitaria la que buscan desesperadamente, aunque se necesite desesperadamente. Si así fuera, basta que los miembros del UNSC que tienen contactos, ahora evidentes, con los rebeldes en Guta Oriental ejerzan todas las acciones coercitivas para asegurar un corredor humanitario real. Lamentablemente, lo que buscan mayormente es salvar lo posible de los “rebeldes”, pero Guta Oriental está perdida. O ganada, según el bando que lo mire.